La historia de Corbera podría resumirse así, un pequeño gran pueblo en el que pasé algunos años de mi (loca) adolescencia y que en realidad nunca he dejado pues en mis amigos (de Corbera) tengo lo más importante de ese lugar. Por eso, para mi la palabra "Corbera" no designa sólo al pueblo sino algo que va mucha más allá: amistad, alegrías, tristezas, tensiones, amores, amoríos y líos varios, las primeras experiencias adultas (léase alcohol, fiestas descontroladas y todo lo que le suele seguir...), etc. etc.
Y ahora cuando vuelvo a Corbera me invade la nostalgia y, a la vez, el buen sabor de boca de haber disfrutado el tiempo a fondo, sin más preocupaciones que las que se suelen generar en un grupo de amigos tan... unidos.
Y ya ves, esta entrada que iba ser de lo más banal se ha convertido en algo más profunda. Para quitarle hierro al asunto y que os riáis un poquillo cuelgo estas fotos.
Se trata de una visita a casa de (los padres de) Cristian que dio mucho de sí. Un bonito día de piscina y comida... en buena compañía.